jueves, 27 de mayo de 2010

"Ensalada de cuentos" por Carmen López Román


"Érase una vez que hubo un tiempo de ayer y de antesdeayer, de hace millones y millones de años, que vivimos en un mundo de cuentos sin fin que han ido pasando de generación en generación, y aún tenemos mucho cuento, mucho cuento por resolver...

Pulgarcito era un tipo feliz en el cuento que le tocó habitar. Valeroso siempre salía ileso de todas sus aventuras. Cada vez que se abría su cuento ahí estaba él dispuesto a cumplir el papel que en el cuento tiene.

Pero una noche, cuando aquella niña cerró las páginas del libro al terminar de leerlo

Pulgarcito cayó en un gran nerviosismo. La mirada atenta de aquella niña le había hecho tambalearse, a él que llevaba siglos de heroísmo…

Los libros cerrados producen muchos misterios en la oscuridad de sus páginas.

Intentó dormirse pero su almohada susurrándole empezó a decir:

El hombre que dices que eres pasa hambre, el hombre que dices que eres pasa hambre..

Él empezó a recordar cuando su madre le animó, le insistió, prácticamente lo puso en mitad del bosque para que se despegara de sus faldas, pues llevaba más de 30 años luz sin salir del cuento, muertito de susto.

Recordar no lo consolaba y su almohada seguía insistiendo, ya a voces:

¡El hombre que dices que eres pasa hambre!

No entendía nada pero aquella noche sintió la necesidad de crecer y viajar fuera de su propio cuento.

Recogió sus cosas más importantes y emprendió camino rumbo al sur…Mañana vagará mi sombra, tarareaba suavito...

Recorrió andando miles y miles de Kms sin más compañía que su soledad y su miedo.

Una noche sentado en una hoguera, sintió un ruido muy frío y seco y de repente...¡Zaf! Apareció un hombre con aspecto desvalido, cara ojerosa, hecho añicos, cazador caducado y un corazón latiendo entre las manos.

¿Quién eres tú? Gritó Pulgarcito aterrado, ¿quién eres tú, que ni la luz brilla en tu cara?

Soy un hombre que pasa hambre como tú. Llevo deambulando errante cansado de mi cuento del que también me he escapado, cansado de llevar a Blanca nieves al bosque y fingir que le arranqué el corazón.

He oído hablar de ti, contesto Pulgarcito.

Siii es muy famoso pero no se conoce… A nadie le importa la mirada firme y valiente retándome de Blanca Nieves o haciéndome preguntas de porque yo tenía que cumplir ordenes de Matar a nadie, que no se mata por fidelidad, por amor y mucho meneos por miedo, decía con voz firme.

Pulgarcito lo miraba muy atento y pensativo, nada ni nadie le había hecho pensar que Blanca Nieves tuviera ideas propias… y mas bien había creído siempre que era una chica silenciosa, obediente, preciosa y nacida para ser princesa. Y según esta información el cuento era un cuento cuento que podría cambiar el curso de la historia de los cuentos.

A la luz de la hoguera los dos hicieron el pacto de compartir el viaje por la geografía de los cuentos por si acaso se estaba iniciando una rebelión.

Hicieron camino al andar, pasaron unos días con Patito Feo y merendaron tartas con el lobo.

Una tarde, muy temprano sintieron a lo lejos una mujer llorar mientras abrazada a su vientre recitaba: Om tare tutare ture soha. Tenía una orquilla en la cintura para sujetar la sonrisa. Sin duda era ella, ¡la madrastra, la mala de todos los cuentos! La que expulsó a Hansel y Gretel, envenenó a Blanca nieves e hizo de Bruja Karavá.

Y ahora estaba allí, tan serdetierra, tan diminuto terrón hija de Gea...

¡No quiero estar mas en este cuento, no quiero luchar mas con los espejos! Si yo me veo hermosa porque soy dos estilos de persona y amo lo desamado, lo infrecuente, la vida, por ejemplo.

¿Acaso cabe en un corazón con holgura y sin dolor envidiar a los hijos que nos nacen?

Ese parirnos con el miedo a nuestra sombra. Los dos la miraban emocionados y madre alzando la voz los miró con los ojos firme de quien no teme a su propia transformación y nuevamente soltando la orquilla recitó:

Om ah ra pa tsa na di hum, he cicatrizado lo que quedaba, me uno a vuestro viaje.

Emprendieron en compaña su viaje, atravesaron paisajes desérticos, lunares, oceánico, subterráneos paisajes hasta que llegaron al valle de Brocca mágico lugar repleto de tesoros orales y en un hermoso lago se oyó:

Yo sé vivir en el exilio, a salvo vivo.

Pulgarcito, Cazador y madrechamana creyeron distinguir las voces… Siiii eran ellas

Cenicienta, caperuza, blanca nieves, bella durmiente…

Me secuestraron siete enanos y me pusieron a limpiar su casa

Me querían casar con un príncipe

Con el mismo que a mi, dijo Cenicienta, pues anda que yo ¡todo el día con la tartera!

Los Cinco se encontraron fugados de su cuento.

Comieron peces que Blanca Nieves diestra pescadora había pescado. Bella durmiente contaba cuentos que provenían de su larga experiencia en el mundo de los sueños.

Madrechamana disfrutaba de ver como se habían convertido en un cuerpo fiesta.

Ellas se reconciliaron con lo que les hizo caer y ellos con lo que les sostiene y cada quien puso sus alas para iniciar el vuelo, el propio y el ajeno pero eso lo contaremos en otro cuento.

Colorín, colorado este cuento no ha empezado".

Ensalada de cuentos 2010. Carmen López Román



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Eres una artista Carmela;-)

Anónimo dijo...

Mi Carmelilla es la mejor. Ella sí que está hecha una chamana (una chamana con su punto de cachondeo)