jueves, 25 de noviembre de 2021

#HARTAS de TERRORISMO de VIOLENCIA. 25Noviembre2021

Eran todavía los años en los que ETA existía matando y en un encuentro de formación Feminista, una pregunta quedó flotando sin respuesta. Una pregunta que aún hoy nos hacemos: ¿Por qué los poderes institucionales dedicaron tiempo, recursos personales, presupuestos, todo lo que hizo falta, para erradicar el terrorismo de ETA, y al TERRORISMO MACHISTA le dedican apenas solo lamentos, condolencias y minutos de silencio?. 


¡Cuánto nos ha dado qué pensar esa pregunta simple, de respuesta compleja!. Ahora, la pregunta es: ¿Se tiene voluntad de erradicar el TERRORISMO MACHISTA cueste lo que cueste?. 


Haciendo algunas consideraciones según el diccionario: 

“Terror”: Espanto. Horror. Pánico. Pavor. Miedo intensísimo. 

“Terrorismo”: Dominio por el terror, atentados como instrumento político. 

“Violencia”: Utilizar la fuerza en cualquier operación. 

“Violentar”: Forzar de cualquier manera a hacer lo que no se quiere hacer. 

De hecho, matar mujeres, una a una y en sus casas, se nombra como VIOLENCIA, (machista, de género). Matar por motivos políticos a personas o grupos, se nombra como TERRORISMO. 


Al nombrar los hechos, estamos categorizando los dos tipos de asesinatos que más azotan a los pueblos. Nos hemos defendido del terror con todos los medios hasta erradicarlo, sin embargo, estamos conviviendo permisivamente con la violencia machista. Así hemos puesto precio a la vida de las víctimas mortales y la vida de mujeres, que como siempre, nos sale más barata. 


Vamos a dar datos que dimensionan ambas lacras: 

El terrorismo de ETA desde 1.968 a 2011, que cesó, es decir; durante 43 años, asesinó a más de 850 personas, o sea a unas 20 personas al año. 

La Violencia MACHISTA, de la que se tienen datos estadísticos desde enero del 2003 y hasta septiembre del 2021, es decir; 18 años, lleva 1.114 mujeres asesinadas y cada mes aumentando las víctimas, lo que da como resultado 62 mujeres muertas al año. 


El asesinato de mujeres a manos de sus parejas es secular, un hecho asumido más con visos de tradición que como delito con castigo, lo que explica que no se hayan contabilizado las víctimas. 


Y ante esta realidad ¿qué tenemos? 

• Las escuelas sin recursos, alejadas de la práctica de la coeducación. Con planes de igualdad obligatorios pero sin auditorías que hagan que tanto colegios públicos como concertados los lleven a cabo de una forma real. Ausencia de educación afectiva sexual. 

• Los maltratadores, posibles asesinos futuros, andan a su antojo. Las maltratadas ocultas, preservadas en casas de acogida, presas para no ser presas fáciles. Siendo tan lógico que fuera el cazador el vigilado. 

• La judicatura, con vocación patriarcal cultivada en sus hogares, desde la altura de los estrados secularmente ocupados por varones, sentenciando con el sexo… ¿Cuánto tiempo, formación intensiva y recursos se necesitaría para aplicar las leyes en defensa de la igualdad y contra la violencia hacia las mujeres?. 


Conclusión: SE ESTÁN NORMALIZANDO, nuestros asesinatos y toda la violencia que recibimos. 

Si un estado no se aplica prioritariamente a erradicar el terrorismo machista, está dejando desprotegida a la mitad de su población. ¿Cuántas mujeres más tienen que morir a manos de sus parejas para que este terrorismo ocupe, a quién corresponde más allá del paripé del “Pacto de Estado”? 


Estamos #HARTAS 

#HARTAS de pasar miedo. #HARTAS de ser violadas. #HARTAS de ser explotadas #HARTAS de las sentencias machistas. #HARTAS de la impunidad de los violentos. #HARTAS de ser asesinadas. #HARTAS de la violencia institucional. #HARTAS de que se mire para otro lado y se justifique la violencia. #HARTAS de las promesas electorales. #HARTAS de ser el segundo sexo. #HARTAS de ser solo cuerpos gestantes. #HARTAS de ser borradas. 

Y todo por ser mujeres. Tenemos la mitad de la fortaleza de la humanidad y aquí nos encontraréis.

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